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Minimum Viable Product (MVP): ¿Qué es?

El Minimum Viable Product es un método que consiste en crear una versión simplificada pero funcional de un producto para probar rápidamente una idea en el campo. ¡Descubre por qué se ha convertido en una estrategia esencial para las startups!

Crear un producto digital a menudo es una carrera contra el tiempo. Si eres demasiado lento, un competidor te gana la prioridad. Si vas demasiado rápido, corres el riesgo de tropezar con un concepto endeble. Resultado: el 90 % de las startups fracasan, y en el 42 % de los casos es porque el producto lanzado no correspondía a ninguna necesidad real.

Para evitar un fiasco así, un enfoque cada vez más utilizado en los laboratorios de innovación, los incubadores o los pasillos de las scale-ups es el Minimum Viable Product (o MVP para los amigos). Un MVP no es una versión de segunda categoría. Es una versión inteligente, diseñada para aprender rápido, probar una idea sin apostarlo todo en ella y sentar las bases de un producto sólido… o abandonar en el momento adecuado.

Entonces, ¿por qué se ha convertido en un reflejo estratégico para los emprendedores? ¿Cómo usarlo sin equivocarse, y sobre todo cómo medir si funciona?

¿Qué es un MVP (y qué no es)?

El Minimum Viable Product, o Minimum Viable Product en inglés, es un concepto popularizado por Eric Ries en su obra The Lean Startup. La idea es no esperar a tener un producto «terminado» para lanzarlo. Sino, al contrario, crear una versión mínima pero funcional, lo suficientemente acabada para probar una hipótesis de valor en un mercado objetivo. Es el producto más pequeño capaz de generar feedback real. Ni una maqueta estática, ni un prototipo que se mantiene en interno, sino una verdadera prueba ante verdaderos usuarios.

Pero cuidado con la confusión: un prototipo es una maqueta o un POC (proof of concept), a menudo no accesible al público. Un MVP ya es un producto utilizable, aunque sea limitado. Debe permitir actuar, medir, decidir. Solo debe ser lo suficientemente bueno para que los usuarios interactúen con él y puedas obtener enseñanzas concretas. Es un poco como un tráiler de película que te hace querer ver la continuación… o que muestra que es mejor pasar de largo.

¿Por qué el MVP se ha convertido en un reflejo estratégico?

Hoy en día, los presupuestos tecnológicos se examinan con lupa y cada mes de retraso puede ser fatal. Es por eso que el MVP se ha convertido en una herramienta de supervivencia y un motor de innovación. Y las cifras son claras: las startups que pasan por una fase MVP tienen un 20 % más de posibilidades de mantenerse a flote después de 5 años.

¿Por qué? Porque evitan ir de cabeza contra la pared. Porque prueban su idea en el campo antes de gastar 150k€ en un producto que nadie quiere. Y sobre todo porque un MVP permite reducir drásticamente los costos. Hasta un 70 % de ahorro en el desarrollo inicial según varios estudios.

También permite reducir los riesgos de fracaso del producto al confrontar rápidamente la idea con la realidad. Es también un medio de obtener feedbacks de usuarios tangibles, mucho más eficaz que un brainstorming entre fundadores. Este enfoque también da material a los inversores. Una tracción real, aunque modesta, vale más que un business plan atractivo.

Así, el 72 % de las startups ahora se apoyan en una lógica de MVP. Y no solo aplica a las «pequeñas estructuras»: incluso los gigantes de la tecnología utilizan esta estrategia para lanzar nuevas características, probar conceptos de servicio o validar un cambio de dirección.

Los ingredientes de un MVP exitoso

Un MVP es una prueba estructurada. Y para que funcione, hay que ir a lo esencial sin caer en la simplificación excesiva. Los buenos MVP suelen tener cuatro elementos en común.

Primero, un problema de usuario claro. No hay solución sin problema. El MVP debe abordar un irritante concreto experimentado por un objetivo definido. Si no hay dolor… no habrá uso.

Luego, una funcionalidad única y enfocada. No es necesario hacerlo todo. Basta con demostrar que resuelves algo. Un solo botón puede ser suficiente si la acción desencadenada aporta valor.

El tercer punto: un formato que se pueda probar rápidamente. Sitio de una sola página, aplicación no-code, vídeo, chatbot, formulario de Google… el MVP no necesita un backend complejo. Solo debe ser testeable en la vida real.

También se necesita un medio para medir la respuesta. Un MVP sin métrica es como un GPS sin señal. Debes poder saber si tu idea gusta, decepciona o deja indiferente. Y por lo tanto prever desde el principio los indicadores a seguir (lo retomaremos en la parte 5). El producto debe ser crudo pero eficaz, diseñado para maximizar el aprendizaje en un mínimo de tiempo.

Ejemplos concretos (y geniales) de MVP

Nada mejor que unos casos de estudio para entender el poder (y la simplicidad) de un MVP bien pensado. Como verás, los proyectos que se convirtieron en unicornios no comenzaron con 1 millón de euros y 30 desarrolladores.

Comencemos por AirBnB. Al principio, ¿qué había? Dos colchones inflables en un salón en San Francisco, un sitio improvisado rápidamente y algunas fotos. Objetivo: probar si la gente estaría dispuesta a pagar por dormir en casa ajena. Spoiler: sí. Y hoy, la empresa vale más de 90 mil millones.

Misma estrategia para Dropbox. Antes incluso de codificar algo, el equipo publica un simple vídeo de demostración sobre el funcionamiento del futuro servicio. En pocos días, la lista de espera explota. Una validación clara de la necesidad… sin una línea de código real.

Por su parte, el fundador de Zappos quería probar la idea de vender zapatos en línea. Simplemente fotografió modelos en tiendas locales y lanzó un sitio básico. Con cada pedido, iba a comprar el par en la tienda y luego lo enviaba. No es escalable… pero fue suficiente para validar el interés.

¿Qué tienen en común? Una idea clara pero aún no industrializada, una prueba minimalista pero creíble y un verdadero canal de feedback (clientes, usuarios, métricas).

La lección a aprender es que el objetivo no es vender a gran escala desde el principio, sino demostrar que la gente quiere lo que ofreces. Si es así, tendrás todo el tiempo para invertir. De lo contrario, habrás evitado un desastre financiero.

Los KPIs a seguir para no lanzar al vacío

Un MVP tiene sentido solo si se mide. Buscas aprender, y para aprender, necesitas datos fiables. Entre los indicadores clave a seguir según los expertos, se encuentran el DAU (Usuarios Activos Diarios) y el crecimiento semanal, la tasa de retención a 30 días, o incluso la tasa de conversión. El costo de adquisición de cliente debe ser inferior a su valor a largo plazo. También se sigue la tasa de satisfacción y de recomendación. Para no sesgar la experiencia, también hay que vigilar el tiempo de carga y la estabilidad técnica.

Además, incluso simbólicamente, el primer ingreso generado es una excelente señal. Lo esencial es validar una hipótesis, y no solo recolectar clics. Los números deben responder a una pregunta muy específica: «¿Lo que propongo tiene un valor percibido suficiente para que alguien lo use, lo ame o pague por él?». Y si los resultados son bajos, también es una victoria, porque evitas continuar en una mala dirección.

Construir su MVP: la metodología que funciona

Un MVP exitoso requiere un enfoque riguroso, que se sostiene en 5 grandes etapas. Rápido de lanzar, pero sólido en lógica.

Primero, identificar una hipótesis clave a validar. Por ejemplo: «los freelancers están dispuestos a pagar por una gestión automática de sus facturas» o «los padres de adolescentes buscan una app para limitar el uso de TikTok». Esta es la hipótesis que orientará todo lo demás.

Posteriormente, se convierte en definir la funcionalidad mínima para probarla. No se necesita todo el arsenal. ¿Cuál es la acción esencial que permitiría validar esta hipótesis? ¿Una inscripción, un clic, una compra? Concéntrate en eso.

El tercer paso consiste en elegir un formato rápido de desarrollar. Landing page, vídeo, formulario, app no-code, chatbot… no importa la forma, siempre que permita una interacción real. Y que sea lo suficientemente «prolijo» como para no alejar al usuario.

Luego hay que prever los indicadores de éxito (antes de lanzar). Los KPIs vistos en la parte 5 deben fijarse desde el principio. De lo contrario, nadarás en impresiones vagas.

Finalmente, es el momento de lanzar, medir, aprender, ajustar. Una vez lanzado, el MVP no debe quedar fijo. Sirve para aprender. Y cada feedback, cada cifra, cada abandono es una pista para iterar inteligentemente.

Las herramientas adecuadas para crear un MVP rápido (y barato)

Buenas noticias: nunca ha sido tan fácil crear un MVP. Gracias a las herramientas no-code, design-first y las plataformas de análisis, puedes probar una idea sin saber programar, sin equipo de desarrollo… y sin vender un riñón. El No-Code / Low-Code es ideal para construir un MVP funcional en pocos días, sin escribir una sola línea de código.

Podemos mencionar a Bubble y su app web visual muy completa, o también Glide que transforma un Google Sheet en aplicación móvil. Entre las referencias, también están Softr, para crear rápidamente plataformas web con Airtable, y Adalo para el MVP móvil en drag & drop. También existen herramientas para diseñar, maquetar y probar los recorridos antes de programar. Este es el caso de Figma para el diseño colaborativo de UI/UX, Maze para las pruebas de usuarios rápidas a distancia, o Typeform / Tally para los formularios orientados a validar necesidades.

Por otro lado, las herramientas analíticas son indispensables para entender lo que realmente hacen los usuarios en tu MVP. Puedes utilizar Hotjar para los mapas de calor, Mixpanel para el análisis de comportamiento, o Google Analytics / GA4 para el tráfico, las conversiones y las fuentes. Con el combo adecuado de herramientas, puedes lanzar un MVP serio en 1 a 2 semanas, por un costo ridículamente bajo… y un aprendizaje máximo.

Y luego, ¿qué? Los 3 escenarios después del MVP

Más que un fin en sí mismo, el MVP es una brújula para decidir qué camino seguir. Y generalmente, solo hay tres caminos. Si funciona, escalamos. ¿Validaste la hipótesis, los usuarios se enganchan, algunos pagan? Es la luz verde para desarrollar una V1 más completa, más sólida, más escalable. Si hay problemas, pivotamos. La idea inicial no funciona, pero los feedbacks muestran otra pista? Perfecto.

Acabas de descubrir una nueva necesidad. Puedes ajustar tu posicionamiento, tu objetivo o tu oferta. Si fracasa, paramos. Nadie entiende, nadie hace clic, nadie lo quiere. La señal es clara: mejor cortar ahora que empeñarse. Y está bien. Un fracaso rápido, medido y asumido, es un fracaso útil. Como diría Reid Hoffman (cofundador de LinkedIn): «Si no te da vergüenza tu primera versión, es que la lanzaste demasiado tarde».

Conclusión: Minimum Viable Product, piensa en pequeño, prueba rápido, itera correctamente

Lanzar un producto no es una carrera hacia la perfección. Es una búsqueda de adecuación entre una idea y una necesidad real. Y el MVP, es la herramienta que te permite hacer las preguntas correctas… antes de gastar todo tu presupuesto.

Probado inteligentemente, medido rigurosamente, iterado con método, puede transformar un simple concepto en una startup sólida o ahorrarte meses de trabajo inútil. Entonces, antes de programar una plataforma, crear una app, o perderte en las funcionalidades… prueba tu idea. Lo más pronto posible. Lo más sencillo posible. Ahí es donde comienza la innovación.

Si deseas dominar los métodos de creación de MVP, explorar las herramientas no-code, o entender cómo probar y evolucionar productos digitales gracias a los datos y a la IA, DataScientest puede acompañarte. Ofrecemos formaciones en inteligencia artificial, desarrollo o gestión de productos.

Te proporcionan todas las claves para concebir productos útiles, validar tus ideas con datos, construir prototipos en condiciones reales y hacerlos evolucionar hacia soluciones robustas y escalables. Gracias a una pedagogía decididamente orientada a la práctica, podrás aprender a diseñar MVPs, iterar eficazmente y obtener una certificación reconocida.

Nuestros cursos están disponibles en bootcamp, alternancia o formación continua, con posibles financiamientos a través de CPF o France Travail. Descubre DataScientest y da vida a tus ideas, una etapa a la vez.

Ahora que sabes todo sobre el MVP, te invitamos a descubrir nuestro artículo completo sobre Figma.

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