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Data Modeling: ¿Qué es? ¿Cómo usarlo?

El Data Modeling es una etapa a menudo subestimada, pero decisiva para el éxito de cualquier proyecto de datos. ¡Descubre en qué consiste la modelización de los datos, los grandes tipos de modelos, y las mejores herramientas a utilizar!

La recolección de datos es una cosa, pero lo más importante es comprenderlos. Sin embargo, los datos brutos son a menudo tan valiosos como indigestos. ¿Estructurarlos para que se vuelvan inteligibles, fiables y explotables a gran escala? Ahí es donde realmente todo comienza. Ese es el rol del Data Modeling, o modelización de los datos. Permite transformar flujos caóticos en esquemas coherentes, legibles y sobre todo duraderos.

Ya sea para alimentar un dashboard BI, diseñar una base relacional sólida o estructurar un almacén de datos orientado a IA, es un paso imprescindible. Al igual que un plano de arquitecto, un buen modelo de datos no se ve directamente, pero condiciona todo el resto del proyecto.

¿Qué es la modelización de datos?

El Data Modeling consiste en representar de manera formal las estructuras lógicas de los datos utilizados en un sistema informático. Dicho de otra manera: es una forma de cartografiar los datos, sus relaciones, y la manera en la que estarán organizados, almacenados y manipulados. Esta representación se desglosa en varios niveles.

El modelo conceptual, el más abstracto, se utiliza para representar las entidades de negocio (clientes, pedidos, productos…) y sus relaciones, sin restricción técnica. Es el «lenguaje de los negocios». El modelo lógico, por su parte, estructura los datos de manera más rigurosa. Respeta las reglas de un sistema de gestión como SQL. Se definen los tipos, las relaciones, las cardinalidades…

Con el modelo físico, se pasa a la implementación concreta. Nombres de columnas, índices, claves primarias / extranjeras… eso es lo que realmente se desplegará en la base. Cada etapa juega un rol preciso. El modelo conceptual permite que los equipos de negocio y de tecnología se entiendan.

El modelo lógico aporta coherencia y robustez. El modelo físico optimiza el rendimiento y el mantenimiento. Sin Data Modeling, una base de datos puede rápidamente convertirse en un mosaico ilegible, difícil de mantener, y fuente de errores costosos.

Las grandes aproximaciones de modelización

No todos los modelos de datos son iguales. Dependiendo de los usos (analítico, operacional, NoSQL…), han emergido diferentes enfoques.

El modelo ERD

El clásico entre los clásicos es el modelo entidad-relación (o Entity-Relationship Diagram). Se utiliza para representar gráficamente las entidades (como «Usuario», «Pedido») y sus relaciones.

Por ejemplo: «un usuario puede hacer varios pedidos». Permite modelizar las reglas de negocio de manera clara, incluso antes de pensar en la tecnología subyacente.

Es bueno saberlo: este modelo se utiliza a menudo para crear el modelo conceptual, la primera piedra de un buen proyecto de datos.

El modelo relacional

Con el modelo relacional, las entidades se convierten en tablas, los atributos en columnas, y las relaciones se aseguran mediante claves primarias y extranjeras. Es el enfoque dominante en las bases SQL. Sólido, probado, pero rígido: impone una estructura estricta que debe pensarse cuidadosamente de antemano.

El modelo dimensional

Por otro lado, el modelo dimensional está diseñado para los almacenes de datos (Data Warehouses). Se basa en la separación entre hechos y dimensiones. Dos esquemas son populares. Primero el modelo en estrella, con una tabla central de hechos (por ejemplo «Ventas», conectada a tablas de dimensiones (Cliente, Producto, Tiempo…). Pero también su versión más normalizada, el modelo en copo de nieve, donde las dimensiones están desglosadas.

Este tipo de modelización se utiliza mucho en BI, ya que facilita las consultas analíticas y optimiza el rendimiento en las herramientas de reporting.

El modelo NoSQL

En cambio, en el ámbito de las bases NoSQL, prevalece el modelo orientado a documentos. Se olvidan las relaciones complejas y se almacenan los datos en forma de documentos JSON, anidados y flexibles. Un ejemplo con MongoDB: una ficha de cliente puede contener directamente el historial de sus pedidos, sin necesidad de uniones.

Este modelo destaca por su flexibilidad en contextos de datos semiestructurados, pero puede rápidamente convertirse en una pesadilla si la estructura evoluciona mal. Cada enfoque tiene sus ventajas, pero también sus trampas. Todo el desafío del data modeling consiste en elegir el modelo correcto para el uso adecuado, y saber mezclarlos si es necesario. Porque sí, hibridar los enfoques es a veces la mejor solución…

Data modeling y data architecture: dos conceptos complementarios

Atención a no confundir modelización de datos con arquitectura de datos. Ambos se asocian a menudo, a veces incluso se fusionan, pero responden a problemáticas bien distintas.

El data modeling es ante todo una visión lógica de los datos: se piensa en entidades, relaciones, dependencias, reglas de negocio. Es una actividad de concepción, a menudo realizada por un analista de datos, un ingeniero de datos o un arquitecto de datos, con una fuerte interacción con los negocios.

En cambio, la data architecture se refiere a la implementación técnica de esa visión. Aquí hablamos de herramientas, bases de datos, pipelines, cloud, seguridad, almacenamiento y gobernanza. Es el esqueleto técnico que lleva el modelo de datos a la realidad. Se puede ver el data model como el plano de una casa, y la data architecture como los cimientos, las paredes, los materiales y la fontanería.

Bien modelar sin pensar en arquitectura, es arriesgarse a lo irrealista. Pensar arquitectura sin modelo, es exponerse al caos. El equilibrio entre ambos es lo que marca la diferencia entre un proyecto de datos inestable… y un sistema fiable, mantenible y escalable.

¿Por qué el modeling lo cambia todo en un proyecto de datos?

Podría pensarse que la modelización es un trámite aburrido, pero es todo lo contrario. El data modeling es el punto de anclaje de todo el proyecto. Primera razón: garantizar la calidad de los datos. Un buen modelo permite imponer reglas de validación, evitar redundancias, documentar las fuentes… Esto permite obtener datos más limpios, más coherentes, y por tanto más fiables. La segunda razón, es facilitar la colaboración.

Con un esquema bien diseñado, todos hablan el mismo idioma. Los negocios saben a qué corresponde cada tabla, los analistas de datos saben cómo consultar, los ingenieros de datos saben cómo ingerir. No más necesidad de descifrar nombres de columnas oscuros o estructuras improvisadas. La tercera ventaja, y no menos importante, es ahorrar tiempo (y dinero).

Menos errores, menos confusión, menos refactorizaciones dolorosas. El costo de un mal modelo no se ve de inmediato. Pero explota a medida que el proyecto crece. En cambio, un buen modelo permite iterar más rápido y escalar sin dolor. Modelar, es también anticipar. Anticipar casos de uso futuros, del análisis avanzado, del machine learning, o una migración al cloud. Un buen modelo de datos es reutilizable y evolutivo.

¿Primero negocio o primero la tecnología? Las dos escuelas

En la jungla de los proyectos de datos, una pregunta regresa a menudo: ¿debería modelarse partiendo del negocio, o del sistema? La modelización orientada al negocio, con una visión business-first, es el enfoque preferido en los proyectos de Business Intelligence, de reporting o de análisis estratégico. Se empieza preguntando: ¿qué entidades son importantes para el negocio? ¿Qué relaciones tienen sentido para los usuarios?

El modelo se piensa para ser legible, comprensible, explotable por los analistas y los tomadores de decisiones. Por ejemplo, en un almacén de datos de marketing, se privilegiará una estructura simple, en estrella, con dimensiones claras como «Cliente», «Campaña», «Producto». Y esto, incluso duplicando algunos datos para facilitar los análisis. El objetivo es ganar en simplicidad y eficacia en la explotación analítica.

Por el contrario, algunos proyectos necesitan una estructura más técnica y normalizada, diseñada para garantizar la coherencia de las operaciones. Se adopta entonces la modelización orientada al sistema. Es a menudo el caso en los sistemas transaccionales tipo ERP, e-commerce o CRM. Se privilegian modelos muy normalizados, evitando la redundancia. Modelos optimizados para el rendimiento bruto, la fiabilidad y el mantenimiento. El objetivo es la integridad, el rendimiento y la escalabilidad técnica. Ambos enfoques no son opuestos: responden a objetivos diferentes. El arte del data modeling, es precisamente saber elegir la filosofía correcta según la necesidad.

Las mejores herramientas de modelización

Modelar es un verdadero trabajo de concepción, diálogo y documentación. Y para hacerlo bien, es mejor estar bien equipado. Entre las mejores herramientas, podemos citar dbdiagram.io. Simple y visual, es perfecto para comenzar un esquema ERD rápidamente.

Para diagramas más libres y colaborativos, se puede utilizar Lucidchart o Draw.io. También existen soluciones diseñadas para los grandes sistemas, como ER/Studio o PowerDesigner. Las herramientas como Metabase y Superset permiten visualizar los modelos de datos y las relaciones directamente desde la base.

Por su parte, dbt (Data Build Tool) se utiliza mucho para documentar y estructurar modelos analíticos en los almacenes de datos modernos.

El data modeling en la era del cloud, la IA y el NoSQL

Durante mucho tiempo confinada a las bases relacionales clásicas, la modelización de los datos ha tenido que adaptarse a las transformaciones del mundo moderno: cloud computing, big data, machine learning, bases orientadas a documentos…

El panorama ha cambiado, y las prácticas también. Con los pipelines de machine learning, ya no se trabaja únicamente con bases fijas. Los datos pueden ser masivos, ruidosos, evolutivos. Por lo tanto, hay que modelar por iteraciones, manteniendo una flexibilidad máxima sin dejar de asegurar la trazabilidad mediante el data lineage y el versioning.

Además, en MongoDB o Firebase, ya no hay tablas en el sentido SQL. Sin embargo, la modelización es más indispensable que nunca. Hay que pensar en la imbricación de los documentos, en las duplicaciones aceptables, en el rendimiento de lectura/escritura. No porque la estructura sea «libre» hay que improvisar.

Además, la modelización nativa del cloud está pensada para la escalabilidad. Con soluciones como Snowflake, BigQuery o Redshift, los modelos deben ser económicos. Deben ser paralelizables, y adaptados al pago por consulta. Se piensa en costos, latencia, caché, e incluso gobernanza desde la concepción.

Conclusión: el Data Modeling, clave de un proyecto que se sostiene

Modelar sus datos es un poco como dibujar el mapa antes de partir a la aventura. Sin un modelo sólido, incluso las mejores herramientas o algoritmos terminan funcionando en vacío. Al contrario, una base bien pensada permite ganar en eficacia, en claridad, y sobre todo en longevidad. Modelar bien hoy, es evitar las deudas técnicas de mañana.

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En resumen: todo lo que un ingeniero de datos debe saber para construir bases sólidas. Gracias a nuestra aproximación orientada a proyectos, desarrollarás competencias inmediatamente aplicables, en vínculo directo con las exigencias del terreno. La formación es certificante, profesionalizante, y está disponible en BootCamp o a tiempo parcial. Únete hoy a DataScientest, y construye desde ahora los sistemas de datos del mañana.

Ahora que sabes todo sobre el Data Modeling, te invitamos a descubrir nuestro artículo completo sobre la Data Architecture y nuestro artículo sobre la ingeniería de datos.

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